Un poco de justicia


Creedme que quisiera que no hubiera sido así. Ojalá hubiésemos vapuleado al Chelsea de Guus Hiddinck con un baño de goles y talento similar al que le propinamos al Madrid. Pero las desafortunadas y a veces injustas decisiones del árbitro calvorota no pueden deslucir la Justicia deportiva que lleva a la Final a un equipo, el Barcelona, que durante toda la temporada ha hecho un fútbol que ha conseguido que incluso quienes no son aficionados a este deporte se hayan convertido en adictos al maravilloso juego del “Pep Team”. Enhorabuena, muy especialmente, al genio sencillo, al astro humilde: Andrés Iniesta, cuyo acto de fe nos permite seguir soñando con el Triplete.

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