jueves, 26 de febrero de 2009

Celebración en silencio


No odio a los madrileños y tengo amigos madridistas. Pero anoche, a éso de las 22:30, cuando, faltando apenas 9 minutos para el final, el Liverpool marcó su único gol, que, con casi toda probabilidad, les iba a otorgar la victoria del partido de ida de la Champions League, me puse en pie de un salto. Mi boca se abrió para vociferar un grito de júbilo, y… leches, me contuve, porque estaba en un bar y delante mí pude vislumbrar a toda una caterva de hinchas del Real Madrid que de repente se habían quedado helados. En cualquier caso, por dentro sí lo celebré, como lo hago siempre que los merengues y quienes los veneran se han pasado semanas criticando sistemáticamente a “mi” Barça, burlándose de su juego y dando por hecho que ellos son los mejores del Universo. Una cura de humildad a tiempo nunca viene mal. Aunque los disidentes tengamos que celebrarla en silencio.

No hay comentarios: