viernes, 22 de mayo de 2009

Vigilancia excesiva

Seguramente habréis oído lo del padre de Lleida (anteriormente llamada Lérida) que ha sido condenado a un año de cárcel por haber ubicado una cámara oculta en el cuarto de baño con el propósito de averiguar si la extrema delgadez de su hija de 14 años se debía a que la muchacha padecía bulimia (es decir, se provocaba el vómito para vaciarse de los alimentos que acababa de ingerir). Hay quien piensa que esta sentencia es otro atentado contra la familia, o incluso una muestra de totalitarismo, máxime cuando la voluntad del padre era meramente velar por la salud de su hija. Yo, desde mi humilde punto de vista, tengo que decir que lo que hizo este señor me parece un soberano error. A diferencia de lo que pensaba Maquiavelo, el fin no siempre justifica los medios, y éso de que un padre, separado por más señas, coloque una cámara oculta en el lugar en que tanto su hija, supuestamente bulímica, como su otra hija, aparentemente sana, no sólo vomitan sino también se desnudan, se duchan y realizan todo tipo de actividades que uno siempre quiere realizar a solas, me parece, efectivamente, un atentado contra la intimidad. Otra cosa es que, aún asumiendo que la intención del progenitor era buena, la condena haya sido excesivamente dura.

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