miércoles, 8 de julio de 2009

Adiós al Rey

El mundo de la música, el negocio del espectáculo y el circo del cotilleo amarillista tuvieron ayer una cita histórica en Los Angeles. Ultimo adiós a Michael Jackson. ¿Podemos afirmar que se despidió a un genio? Desde cierto punto de vista, creo que sí. Las canciones que compuso, el modo en que las interpretó y la manera en que las bailó le convirtieron en un ídolo, en un ejemplo a seguir. Ojalá que nadie le siga en sus excentricidades (posiblemente, algunas de ellas traspasaron la frontera del delito de la peor calaña) y, por el contrario, a partir de ayer se le recuerde como un verdadero icono, como una deidad universal; no como un ser corrupto sino como un mito incorruptible.

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