martes, 14 de abril de 2009

El Nobel como meta


No cabe duda de que, en los pocos días que lleva en la Casa Blanca, el nuevo presidente norteamericano Barack Obama está confirmando todas las expectativas que se habían depositado en él. Anunció el cierre de Guantánamo, confirmó la salida de Iraq, ha dedicado miles de millones de dólares al relanzamiento de la economía de su país, ha traído la esperanza a Europa y al mundo durante la cumbre del G-20, ha tendido la mano a Turquía y expresado públicamente que los Estados Unidos no son enemigos del Islam y, últimamente, ha iniciado el levantamiento del embargo a Cuba. Una de dos: o a este hombre se lo cargan (esperemos que en ésto no siga el ejemplo de Kennedy) o le dan el Nobel de la Paz antes de terminar su primer mandato.

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