lunes, 16 de noviembre de 2009

A chupar... banquillo


Ejemplo inmejorable del choque del pasado con el presente, juguete roto incapaz de asumir que su época gloriosa ha caducado y no volverá, Diego Armando Maradona se cree con derecho a faltarle al respeto a la Prensa de su país por haber cometido el ¿delito? de criticar con la dureza que se merece su poca pericia como entrenador. Haber sido uno de los mejores futbolistas de la Historia no le convierte en un buen técnico, y su salida de tono ("Que la chupen, que la sigan mamando"), por mucha fama popular que le haya deparado (sólo comparable al "¿Por qué no te callas?" del Rey a Hugo Chávez) ha obtenido el justo castigo que se merecía: dos meses de suspensión y una multa de 16.500 euros. Mientras tanto, ¡a chupar banquillo, Dieguito!

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