miércoles, 11 de marzo de 2009

Agravio moral


Hoy se cumplen cinco años de aquel fatídico 11-M de 2004, cuando el odio y la muerte se subieron a un tren. Para conmemorarlo, los partidos políticos deberían mostrarse más unidos que nunca, pero justamente lo contrario es lo que ha ocurrido en la Comunidad de Madrid. El partido gobernante, el PP, ha decidido cancelar la investigación que estaba llevando a cabo sobre la supuesta red de espionaje, que considera que proviene de un montaje urdido por el PSOE y el juez Garzón. Como respuesta, los concejales socialistas y comunistas se han propuesto mostrar su repulsa no asistiendo a los actos conmemorativos del atentado, que hoy iba a presidir Esperanza Aguirre. Está muy bien protestar y hacerle el vacío a la Presidenta, pero elegir para ello una efemérides como la presente no sólo es un mayúsculo error democrático sino un gravísimo agravio moral hacia las víctimas de la tragedia.

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