Está el Papa Benedicto XVI de gira por tierras africanas, y en Camerún se ha descolgado con unas declaraciones bastante polémicas, en las que afirma que el preservativo no ayuda a combatir el SIDA, sino que más bien propicia su expansión. Lo mejor, según Ratzinger, es la abstinencia y la utilización de la sexualidad según las normas de la familia cristiana. Me parece tremendo que una autoridad como el sumo pontífice eche por tierra todas las recomendaciones higiénicas que tratan de prevenir el contagio de la terrible enfermedad, y me pregunto qué pensará el camerunés más internacional, el futbolista del Barcelona Samuel Eto’o, famoso no precisamente por expresar sus opiniones con frialdad y mesura.
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